corazón


Se encontraba perdido... en un lugar que no conocía. ¿Cómo había llegado hasta allí?
Todo era raro, estaba como en una habitación con las paredes y el suelo esponjosos, elásticos, de un color rojo... y sonaba un ruido rítmico insistente...
¿Qué era aquello?
¿Dónde estaba?
¿Por qué estaba solo?
Una voz le contesto: "Estas aquí porque no te puedo olvidar, estas aquí porque mi vida eres té, estas aquí porque tu sitio debe ser mi corazón...
Pero si quieres salir... la solución es sencilla, rompe mi corazón y escaparas.
No es una prisión, nada te encierra aquí porque puedes salir si quieres y mis heridas antes o despues cerraran."
En ese momento... la voz gritó. Un dolor intenso le había recorrido todo el cuerpo. Él, sin pensarselo dos veces, le había roto su corazón, había dejado tan comoda estancia para mudarse a otro, a otro que supiera no encerrarlo, a otro que lo compartiese....
A la voz solo le quedo una solución... esperar, esperar que el tiempo cerrase todas sus heridas, porque la vida es así... piedras que nos asaltan y nos hieren, algo que hace que la vida no sea un camino de rosas... aunq algún día... encontraremos en el camino nuestro rosal... y florecerá... solo tenemos que esperar y buscar... seguir caminando por nuestra senda... mirar atrás lo justo para aprender como seguir para delante...
Él se fue...pero otro llegaría... otro al que dejar entrar en su corazón... otro que puede que se quedase en su tierno corazón... otro que la cuidase, otro que la protegiese... otro a quien cuidar y querer.
Porque "Love Is In The Air"... y la vida es amaR... ¿qué sería sino? ¿un frío camino hacia la muerte??
Pero la vida es de colores... no de color de rosa... es de todos los colores... oscuros, tristes, alegres, claros...
En mi corazón sigues tú... ¿¿quieres salir???



Me desperté aturdida, un montón de gente a mi alrededor que me agobiaban preguntándome si estaba bien y un chico que no paraba de proyectar la luz de una pequeña linterna hacia mis ojos.

-"¿Estás bien?"-Me preguntó- "¿Cómo te llamas?"

"¿Cómo me llamo?... Una buena pregunta" Iba pensando...

-"Yo...yo....yo... yo........ no sé. No sé cómo me llamo."- Logré contestar.

Aunque no supiera cómo me llamaba sabía perfectamente como me sentía. Era feliz, estaba enamorada, no sabía de quien, no recordaba cómo era pero recordaba la fuerza del querer que le tenía, no sentía si él me correspondía pero sabía que aquello era de verdad.
Asustada por la fuerza del sentimiento ya que, aún era capaz de echarle de menos sin recordar mi propio nombre, rompí a llorar.

El chico que me observaba preocupado me preguntó si me dolía algo y no pude explicarle la impotencia de no poder recordar, de sentir pero sin saber por qué, de llorar incluso sin conocer los motivos de tus lágrimas...

No sé cómo pero volví a la inconsciencia y allí sumergida soñé con amplios bosques, con largas caminatas, con cuestas que añoraban a alguien que bajase por ellas a velocidades semejantes a las que una leona da caza........ y luego nada... sólo el ruido acompasado pi....pi....pi...pi...pi... y abrí poco a poco los ojos y me encontré rodeada de unas máquinas que medían mi pulso, pero el asiento vacío al igual que mi memoria.
El chico joven que antes estaba en la calle apareció al rato y murmullo unos tecnicismos que yo conocía bien pero a los que no presté mucha atención... excepto a uno... amnesia irreversible...

Según el solo quedaba esperar que alguien denunciase mi desaparición y me encontrasen allí y que hasta ese momento yo era una Jane Doe.

Pasaron los días y los días, después las semanas y las semanas, hasta llegar a pasar un mes y medio... Yo ya en un apartamento alquilado nuevo, con una vida nueva... un trabajo... sin amigos todavía... pero la sensación de que me faltaba él aunque ni su cara ni su nombre, ni el mío tampoco me viniesen a la mente.

Un día caminando alguien me tocó el hombro...
"¿Eres tú Elena?"

Me quede sorprendía, no recordaba mi nombre pero... Elena me resultaba familiar.

"No... no... no lo sé" Apenas pude contestarle a la joven chica de ojos azules que tenía en frente.

Su cara de aturdimiento cuando le confesé que no lo sabía no tenía precio, creo que pensaba que le estaba tomando el pelo.
Le expliqué que hacía un tiempo un extraño me había empujado en la calle y que había tenido una mala caída pues me había golpeado contra la esquina de un banco la cabeza y había perdido la memoria.
Ella poco a poco pareció empezar a comprender y me explicó que ella era Lucía, mi cuñada y que todos estaban muy preocupados por mí porque desaparecer así no era típico de mí pero que casualmente el día antes de desaparecer habían encontrado un texto en una libreta encima de la cama en el que escribía que esta vida no tenía sentido sin el amor y que eso no lo tenía si él no estaba.
Me llevó a mi casa, la cual empecé a reconocer, me quedé de piedra al ver nuestra foto, una foto de bodas… era él sin duda, ese rostro familiar, ese rostro que busqué tantas veces sin saber que necesitaba encontrar… pero… entonces caí en la cuenta de las frases que Lucía me había dicho que yo había escrito. “La vida no tiene sentido sin el amor y eso no lo tenía si él no estaba”…
Le pregunté que significaban, que dónde estaba él… y descubrí que aquella tarde de Navidad de hacía poco menos de dos meses, él había salido de casa a por mi sorpresa y aquel borracho se lo había llevado por delante.
En ese preciso momento deseé no haber vuelto a recordar, seguir sintiendo el amor aunque con angustia de no saber a quién amaba, pero seguir sintiéndolo, en vez de sentir aquella tristeza que cada vez iba a menos hasta llegar al frío vacio.

Convulsiones

Lo único que calmaba las convulsiones que recorrían todo mi cuerpo era el calor del agua de aquella ducha, intentaba aclarar mis ideas, ser capaz de pensar tranquilamente en todo lo que había pasado ese día.
El rímel dejaba su huella por mi cara debido a las gotas de agua que se deslizaban por todo mi cuerpo desde la cabeza hasta llegar hasta los pies.
Cuando me mire al espejo no me reconocía, toda la cara negra, mis ojos denotaban las lágrimas ya derramadas, mi cuerpo lleno de morados me trajo al recuerdo tu imagen desquiciada, tu cara muerta de preocupación… pero aquí estoy yo y tú… tú… simplemente no volverás…
Me quité las manchas con un algodón mojado en desmaquillante y mientras volvía a la normalidad las convulsiones volvían a aparecer. Tú te habías ido, solo por quererme, por preocuparte más de mi que de ti… que locuras cometemos por amor, algunas nos hacen mucho daño, más que el que pensamos.
Aquella tarde tirada en la esquina del cuarto de baño, mirando nuestras fotos, sin sentir nada, ni siquiera dolor, simple vacio sin final…
Nuestra historia de un solo te quiero sabiendo ambos lo que realmente significaba, un beso, nuestro beso y luego ese golpe que nos sorprendió, me magullo y te mató...
Cruel destino, cuánto tiempo yo llevaba soñando con esto, si hubiera sabido el cruel final de esta historia hubiese preferido vivir la pesadilla en la que estaba antes que perderte para siempre.

verano


Miro atrás recordando aquellas tardes de verano en las que jugábamos ser adultos siendo tan solo niños... y recuerdo otras, más cercanas, en las que jugábamos a ser niños... siendo... ¿niños?
Reconozco en tus ojos... en tu mirada la noticia de que extrañas aquellas tardes tanto como yo... y si ambos lo extrañamos... ¿por qué no regresamos a ellas?
Buscamos un lugar que nos mantenga en el pasado, una máquina del tiempo que por apenas unas horas nos lleve a donde queramos...
a ti... y a mi...
nunca solos nunca juntos pues, ¿quien es dos si solo es uno?

Fuego


Hoy jugamos con fuego, nadie entiende lo que nos gusta poder empezar a quemar un papel y controlar las llamas, adormecerlas hasta no verlas y resucitarlas de las cenizas, avivarlas hasta el límite y apagarlas del todo de nuevo.

La energía, el sentimiento de adrenalina que obtengo jugando con el fuego es demasiado estimulante, demasiado adictivo... algo que aunque sé que no es saludable sino autodestructivo sigo haciendo, como el fumar... cuando la gente sabe que le mata pero no es capaz de dejar ese vicio.

¿He intentado dejarlo?


Quizás no... quizás si... nunca sabré por qué las llamas me atraen de tal forma... nunca sabré por qué mirar los distintos colores desde amarillo a rojo de la llama que me atraen y me hipnotizan...
No lo pruebes porque una vez que empieces a mirar a la llama...
No pararas

Esta ciudad

Esta ciudad es preciosa. Tiene algo especial, desde luego tendré que volver o quedarme más tiempo. ¿Más tiempo? ¿En qué estoy pensando? Si ya estoy en el tren, si me voy a ir.


Pero, ¿qué me pasa? Nunca había sentido esta fuerza de atracción por una ciudad. El esquema de siempre es llegar, visitar y marchar. Bueno… y las fotos. Siempre dejar mis ocho fotos de carnet, mis huellas, mis pasos por la ciudad. ¿Quién las cogerá? ¿Quién verá mi cara? ¿Quién se preguntará mi historia? ¿Quién?

¡Decidido! Me quedo un poco más, aunque sean dos días!”

La mujer se levantó de su asiento del tren, cogió su equipaje de mano y corrió hacia la puerta que justo se estaba cerrando. Tocó el botón de apertura como si la vida se le fuera en ello, se bajó del tren y lo vio alejarse hacia su casa.

“Pero, ¿qué he hecho? ¿Qué chiquillada he hecho? No lo entiendo, nunca me había pasado esto con ninguna otra ciudad, jamás. ¿Por qué me siento tan aliviada por haberme quedado? ¿Y ahora que hago?”

En ese momento se dio media vuelta y vio a un chico con la boca abierta de par en par mirándola a los ojos. Cuando sus miradas se encontraron, él sonrió.
Un tipo de sonrisa familiar, una sonrisa que evidenciaba reconocimiento, felicidad. Se acercó a ella y le dijo: “Al fin te encuentro, llevo toda la mañana siguiendo tus pasos”.
 Y le enseñó las ocho fotos.

Magia

Hoy soñé un sueño
en el que tú eras el protagonista
de mi corazón el dueño
y de mi vida el maquinista.



Fue la nota que le dejé ese día en la mesita pensando en esa noche... nuestro aniversario. Eran muchos años juntos ya... pero aún así ambos lograbamos sorprendernos, quizás esa era la gracia y la magia que aún llameaba entre nosotros dos.
Imaginarme la vida sin él era como imaginarme sin vivir... enterrada entre la oscuridad... pero cada vez que mi imaginación me quería dar esa puñalada y hacerme observar esa pesadilla cerraba los ojos fuertemente hasta volverlos a abrir y sentirme segura en mi vida de cuento.
Sabía que alguna vez... encontraría una muesca en el perfecto mueble pero yo no la buscaba, solo vivía el día disfrutando de él... disfrutando de mi... disfrutando de nosotros.
Me fui para el trabajo disfrutando como todas las mañanas de aquellos diablillos que a días me sacaban de mis casillas o me lograban sacar las mayores de las sonrisas con sus ocurrencias.
Cuando volví a casa descubrí su nota de respuesta a la mia:

Un maquinista no es feliz sin un tren que llevar... un corazón no es feliz sin ser poseedor de otro, tus sueños no son tuyos... son de ambos... ambos dueños de los finales risueños.

Cuando le di la vuelta al papel descubrí una pD: " Sabes que no soy tan bueno con las rimas... pero... busca en tu guitarra la dulce partitura de mi alma"


Nos conocimos hace años en medio de una tienda, nos vimos y nuestras miradas quedaron conectadas. Yo por aquella época era tímida para las cosas que quería y aunque me presenté rápidamente no podía mirarle mucho tiempo a los ojos porque me sonrojaba... a la media hora estabamos sentados en una cafetería charlando de nuestras cosas y ya éramos inseparables... las cosas fueron muy rápido... después de una semana parecía que nos conocíamos de siempre, al año de ser tan solo amigos parecíamos los mejores hasta que... sin saberlo llegamos hasta un anillo en mi mano... a compartir nuestra vida... como algo más...
Algo que no estaba escrito en ninguna parte, una historia sin demasiada belleza pero con un desarrollo feliz y tú y yo por siempre pasase lo que pasase seríamos nosotros... una luz con su sombra, el día con la noche... dependíamos el uno del otro... teniendo cada uno su espacio.

Estuve toda la tarde volviéndome loca intentando hacerte una cena especial, acomodar la casa lo mejor posible a la oscuridad donde sólo dos velas alumbrarían, intentando hacer que todos estos años viniesen a contemplar la cena de hoy.

Me puse nerviosa cuando vi que no llegabas a tiempo, quizás paranoica como a veces me pongo pensando que te habría pasado algo, sin llamarte por si ibas al volante, con el móvil en la mano por si llamabas... y el móvil sonó:
-"¡Hola señorita!"-Dijiste en tono burlón-"¡¿¿Puede usted subir al trastero?!!"
Y hacia allí me encaminé pero la puerta estaba cerrada. Piqué y tú estabas dentro, de eso estaba segura. Olía a ti, se oía una respiración había luz... en ese momento una nota salió por la rendija entre el suelo y la puerta:

Tienes todas las notas
que necesitas para tocar mi alma
no busques, pistas no tendras otras
simplemente a la imaginación ponle alas.

¿Qué significaba aquello? ¿Alas? ¿Notas? ¿Alma?
Volví hacia el piso desconcertada cuando vi encima del sofá las notas de esa mañana... y comprendí lo que había querido decir con "...busca en tu guitarra la dulce partitura de mi alma". Cuando abrí la funda de mi guitarra pude ver que no estaba ... toda la funda estaba llena de caramelos, piruletas, chicles, golosinas... una gran piñata... y... aunque me llevó un rato encontrarlas había dos cajas... con un número cada una el 1 y el 2... siendo cabezona y atravesada... decidí abrir la segunda y vi una llave, sin duda la del trastero... la caja número uno se resistía y opté por que tú... me ayudaras en mi torpeza.

Subí las escaleras... introduje la llave en la cerradura y logré abrir la puerta, encontrando una escena que jamás se borrará de mi cabeza...
mi trastero convertido en Venecia, París, Londes, Nueva York... Todas las paredes pintadas de cada una de estas ciudades y... una mesa en medio...
Te acercaste y me susurraste al oido "Luna de miel... en cuatro ciudades emblemáticas..."
La cena nos la saltamos pues el deseo, la magia... volvió a reinar entre nosotros dos.

Y os preguntareis que fue de la caja número 1... esa caja... era magia ;)


Jugando

Jugando al escondite en el bosque olvidado encontre dos diamantes de color dorado de los que cualquiera se hubiera enamorado... pero sin más se escaparon, intentaron jugar más que nadie... ganar el juego y perderse entre los árboles pero yo jugaba con ventaja.
Me había quedado con su olor y fue fácil seguir su rastro entre los árboles, tres caidas o cuatro por el camino, tiempo por el medio que daba tiempo a crecer un roble 3 metros pero por fin lo había conseguido... encontré esos ojos dorados, esos diamantes que dan luz al camino... esa tranquilidad al ir de su mano... ese abrazo en el mar que no se suelta...
Simplemente amado, simplemente apasionado...
Una sonrisa cada vez que te recuerdo a mi lado no puede más que aparecer junto a un color rosado en mis mejillas.
Algunos te han olvidado... otros de ti se han acordado... y yo sin ti me acobardo, sin ti ese colorado este cuento se ha acabado no aparecere, se esconde como en el bosque olvidado de aquella vez.... buscaré... encontraré... pero seguiré tu olor afrutado a través de los árboles y estoy segura que diamantes dorados o no... aparecerán con su mano, sin candado, abierta
Y no habrá un colorin colorado... pero... habrá un futuro para vivir compartiendo la luz a su lado recordando el pasado.
:D

Gotas

Un único sonido replicaba en el silencio. Eran las gotas que caían poco a poco pero continuamente y chocaban con ese charco esparciendo pequeñas gotas. Pero poco importaba, yo te miraba a ti, a tus ojos, no podía apartar mi mirada, tal vez un hechizo de una vieja bruja, tal vez solo el telar del destino. Sabio destino déjame mirar las gotas, es más sano, es más constructivo… Aunque no hay mejor sensación en este mundo resulta dolorosa cuando aparto la mirada de sus ojos pues siento soledad, siendo desasosiego, siento la necesidad de volver a mirar para descubrir que poco preocupado se ha ido sin mirar lo que ha dejado atrás.

Sabio destino, enséñame a no mirar, sabio destino enséñame a soñar solo cuando tengo los ojos cerrados, no me dejes remar por los ríos de sus ojos, ya que me pierdo profundamente y no sé si seré capaz de volver.

Ojos traicioneros los tuyos, que cuentan una historia distinta al resto de tu cuerpo.

Cambios

Los cambios aunque dolorosos son necesarios.
Nos suele gustar la estabilidad, la serenidad de tener controlada nuestra vida... que ojalá nada cambiase y si cambia algo... que sea mínimo.
Me acuerdo de las típicas dedicatorias... ojalá no cambies, te quiero. ¿Cómo qué ojalá no cambie?
¿ Te imaginas que me quedase estancada en el ahora? ¿Con las mismas preocupaciones? ¿Con las mismas y únicas experiencias?
Sería un vivir sin vivir porque cada minuto que pasa es un minuto que se adhiere a nuestra piel, es un cambio, una experiencia una línea en un poema, una nota en una partitura, es un cambio, es un avance y generalmente a mejor.
Solo que algunas veces el cambio nos aleja de alguien a quien queremos... es un cambio que quieres deshacer pero que no puedes... porque... ¿cómo le quitas minutos al pasado?
Simple respuesta: No puedes
Lo que puedes intentar es buscar otro cambio que contrarreste al anterior.
Buena suerte en la búsqueda.

Mapa

Solo quedarme quieta y ver ese fuego que me consume, duele pero es un dolor indoloro, quiero que pare sin quererlo, quiero dejar de respirar sin quererlo, te quiero a ti sin quererte.
Nada está claro, nada está oscuro, son extremos pero en el punto medio no está la solución.
¿Dónde?
No lo sé, quizás buscaré primero el mapa para guiarme en la semiluz que me otorga tu luz...
Pero una vez que encuentre el camino quién sabe a donde llegaré... qué me encontraré en la meta, cómo me sentiré porque ni tus besos, ni tus abrazos, ni tus caricias me hacen sentir como antes, quizás sabiendo que no son reales, quizás sabiendo que el despertar está en un tris y que es solo un triste sueño y digo triste porque lo es en el momento en que abro los ojos.
Y al abrirlos descubro la cama vacía, un olor en el aire conocido, un olor que me envuelve y me recuerda el eco de tu existencia una vez ida y que ya no volverá por mucho que lo desee... tú te fuiste... y si ese sitio llamado cielo es real... pronto nos veremos.

Una historia

Todo se fue al traste. Una noche corriente, una noche totalmente normal hasta que decidiste coger el coche. No sé el motivo, no me digas qué se te pasó por la cabeza aquella noche para conducir después de haber bebido lo que tú habías bebido. Está claro en lo qué no pensaste, no pensaste en mí, no pensaste en tus padres, no pensaste en tus amigos… no pensaste en nadie. Ni siquiera en ti mismo. En nada. ¿Querías llegar pronto a casa? ¿No querías escuchar esas riñas de tus padres? Piénsalo… son mejores esas posibles riñas que lo que ha pasado ahora. El no volverte a ver es peor, el no poder compartir tus risas, tus problemas, tus lágrimas… es lo que, sin duda alguna, peor llevo. No es justo que por una copa te hayas ido, si al menos pudiera culpar al otro conductor, pero él estaba bien, él no iba borracho… tú sí.

¿Cómo puedo no culparte? ¿Cómo puedo dejar de sentir ese odio, ese enfado contigo? ¿Cómo puedo dejar de pensar que tú eres el único culpable? ¿Cómo me has podido dejar así de sola? ¿Cómo?

No lo sé… pero me tengo que quedar con las cosas buenas o, por lo menos, intentarlo. Tu sonrisa hacia que una habitación se iluminara (no es muy original), hacia que en mis ojos apareciera una luz, algo que ahora yace apagado y que tendrá que despertar el día que me olvide de ti, cosa que no ocurrirá jamás porque tú serás por siempre mi amor, tú serás por siempre MIO. Y yo seré por siempre TUYA. Aunque hoy esté sola en esta habitación y solo quiera coger el teléfono y llamarte, solo me gustaría escuchar tu voz una vez más y… no puedo. No hay un video, no hay una grabación… nada…. No hay nada. Solo un vacio, una soledad incurable que irá a menos pero incurable.

Hoy y siempre tuya

Intentos

Como alguna vez he escuchado despertarse es mejor que dormir y fracasar es mejor que no haberlo intentado.
Los sueños son bonitos pero son eso, simples y llanos sueños, sino te despiertas y luchas por ellos no vas a poder disfrutarlos porque los sueños duran lo que tardas en abrir los ojos una noche.
Sueñalos bien... pero lucha por ellos mejor.
Importante el hecho de al menos intentarlo porque cuando no lo haces no sabes cómo podía haber terminado y aunque si fracasas desearás no haberlo intentado en tú interior lo agradeceras porque como se suele decir el no lo tienes, ¿qué puedes perder?
Ayer me dijiste que se puede perder mucho intentando las cosas: energías, cachitos de corazón, tiempo...
Pero estoy segura de que cada vez que intentas algo también ganas, aunque solo sea experiencia... ganas. Y no es lo único, de los intentos se vive, se llevan experiencias, amistades, el hacerte más fuerte porque cuando superas un fracaso tienes un poco más de cemento en los cimientos, la próxima vez que lo intentes serás más fuerte, inteligente y capaz con lo cual las cosas, por mucho que lo pensemos, nunca son en vano.

Sol

Caminando en medio de la nada se paró quieta y se dedicó a mirar al cielo. Encontró a su sol, grande, quizás el que había sido el centro de su vida pero apartó la vista, no porque la deslumbrase, sino porque no quería que el sol viese lo herida que estaba, el daño que le había hecho pues aunque no quería que su vida girase en torno a él, aún quería esa luz en su vida.

Siguió mirando y encontró una pequeña estrella preciosa, con un brillo especial. Aún era joven, estaba creciendo, pero prometía ser un sol gigante, más grande que el que acababa de dejar…
No podía apartar la vista de ella, estaba como hechizada… como si mirar hacia ella curase todas las heridas, como si fuera la mejor medicina.

Siguió caminando y cuando volvió a mirar al cielo, ahí estaban las dos estrellas. Una tan gigante y la otra… ¿ya había crecido? Parecía que tenía un tamaño mayor, parecía poder eclipsar al sol.
Y es que eso no era tan difícil porque ahora ella misma era capaz de dejar al sol de un lado, de hacerle comprender que todo cambió, de hacerle comprender que ya no es una de sus prioridades, de hacerle comprender que aunque siempre tendrá una puerta abierta otra se le cerró y no por culpa de alguien de alrededor, sino por culpa de él mismo.
El sol había quemado a muchas personas y ella no iba a ser otra más. Se puso su protección, se puso las gafas y decidió mirar para su otra estrella.

Estrellas

La noche era perfecta, cálida como ninguna. Conduje hasta esa colina de mis sueños, me senté en el banco de piedra que había en el mirador y me acosté encima de él para solo ver las estrellas en medio de aquel oscuro cielo.
No había tristeza en mis ojos, no había alegría tampoco, solo una ligera sensación de vacío.
Miré hacia las estrellas esperando que pasase una fugaz, no para cambiar mi vida radicalmente, no para pedir que me quisieses pues eso no sería amor del verdadero, simplemente para pedir el deseo que en ese momento me cruzara la cabeza como ella haría en el cielo.
Me acordé de la canción que decía que ojala pudiéramos fingir que los aviones son estrellas fugaces porque, sinceramente, seríamos todos más felices creyendo que ese pequeño deseo que pedimos a algo que se va tan rápido como vino puede tener algo que ver en nuestra vida real.
Seguía recostada en el banco cuando vi pasar una estrella fugaz, no fue un avión ni una visión debida al deseo en sí, y lo primero que se me pasó por la cabeza fue "Ojala hubiese miles de millones de estrellas fugaces hoy cruzando el mundo"
Deseo estúpido el mio, cuando empezaba a pensar que que estupidez la mía la de tener una oportunidad de pedir un deseo y pedir ese, un poco altruista pero tonto al fin y al cabo. Los pensamientos de que si hubiese pedido cualquier otra cosa se podría haber cumplido se interrumpieron cuando al abrir los ojos de un ligero parpadeo empecé a no ver la oscuridad del cielo debido a una masiva aparición de estrellas fugaces.
No quise abusar... solo pedí uno, el ser sinceros, el ser capaz de hablar con la gente que valoro, que quiero, que considero amigas con total franqueza, sin miedo a hacer daño, sin miedo a ser herida porque he llegado a la conclusión de que no pregunto cosas por miedo a que un agujero dentro de mí se haga más grande... aunque... callar no me callo y eso me causa problemas a estrellas fugaces, en ese momento, surcaban el cielo.
Me quedé mirando la cantidad de claridad de aquella noche, lo poco negro que se veía el cielo y caí redonda en un sueño profundo olvidando lo dura que suele ser la piedra.
Me despertó la claridad del sol recién salido entre las montañas del valle y poco después la canción que utilizaba de tono en ese momento que,curiosamente, era "Airplanes", me incorporé lo más rápido posible y eras tú... al otro lado del teléfono..
Decías que te acababas de levantar y que te entró un ansia de decir lo que se te pasaba por la cabeza y que yo era en lo que pensabas todas las mañanas al abrir los ojos, que yo era todo aquello que habías soñado y que yo era todo aquello que te daba miedo tener... pero que más miedo te daba perderme, que llevabas loco con todas las contradicciones mil años y que aunque seguías loco y sin saber que hacer... hoy se quitaba un peso de encima diciéndome la verdad y solamente la verdad.
Mis ojos aunque incluían unas chispas de alegría empezaron a llorar pues por fin eras sincero pero aún así la sensación de vacío no se iba.
Yo te dije que no pasaba nada. En otro ataque, casual, de ser sincera te conté que te quería pero que ya no sabía de qué manera. Que sin querer nos habíamos hecho daño, que yo cuando te veo o cuando te hablo ya no sé que atenerme, si a ser feliz o a que sin darte cuenta claves un poco más ese cuchillo. Lo sé... tu actitud no es la misma cuando yo estoy o no...
Colgamos el teléfono sin saber muy bien que decir... sin una palabra cariñosa, sin un adiós ni un hasta luego.
Me quedé poco más tumbada en el banco de piedra, sin pensar en que mi espalda estaba rígida de haber pasado ahí la noche y cuando ya no pude pensar más en nada me levante, con la cara mojada de lágrimas, con un adiós presente que yo no quería haber escuchado, pensando que si la sinceridad era eso, adioses, no merecían la pena.
Me subí al coche y conduje sin un rumbo fijo hasta que el contador de gasolina empezó a pitar y tuve que repostar en una gasolinera. Cuando entré a pagar escuché como acababa una canción en la radio, pero... no cualquiera, tu favorita y, justo después, empezaba la mía, y pensé que no quería vivir acordándome de ti sin ti.
Me monté en el coche y me paré a la altura de tu casa, sin saber si merecía la pena picarte o irme sin más, olvidarme de ese arrebato que me entró en aquel momento. Cuando estaba levantando el pie del embrague se me vino a la cabeza todas esas veces que por no hacer lo que mi cuerpo quería me había perdido todas esas experiencias y a ti no te quería perder.
Bajé del coche con los nervios de punta, no sabía cómo ibas a reaccionar. Eso no era una película, era la vida real y al tocar el timbre un ansia de correr me recorrió todo el cuerpo pero aguanté mirando al frente, casi que cuando abriste la puerta no veía tus ojos, veía tus labios a los que me lancé sin darte tiempo a reaccionar.
Me devolviste el beso y cuando nos separamos, te miré a los ojos y vi felicidad, alivio.
Pero ninguno de los dos sabíamos cómo actuar.
Me preguntaste cómo había llegado hasta aquí y al acabar mi relato me prometiste que era lo mejor que había podido hacer y que como había dicho antes... el miedo de perderme era superior al de quererme y que me querías.

Esas personas

A lo largo de nuestra vida las personas que nos rodean desaparecen hasta que desaparecemos nosotros. Algunas de esas personas son poco importantes, otras medianamente importantes y otras las más importantes.
Hoy se cumplen 16 años desde que te fuiste, lo más gracioso es que ningún año le dí importancia, incluso creo que no sabía la fecha... ¡maldito libro de familia que me hizo recordarla!
No soy de lágrima fácil, y... aunque en el pasado era casera ahora se está muy bien fuera con los amigos pero hoy no hay ganas de absolutamente nada, solo de dejar pasar el día como si fuera otro cualquiera.
Yo no me acuerdo de nada de cuando era niña, pocas imágenes que se me vienen a la cabeza sin más, pero desde que era pequeña hay dos pesadillas que me atormentan. Las dos relacionadas con vosotros, mis daddys!...
La tuya pensé que era producto de imaginación, ¿cómo una cría tan pequeña se iba a acordar de la última vez que vio a su padre?
Pero... no... no lo es... fue la útima vez que te vi... y lo siento pero hoy no puedo parar de pensar que hubiese sido la vida si en estas navidades tú estuvieras conmigo y nunca te hubieses ido...
Hoy me engaño a mi misma diciendome que estoy bien, que solo son sensiblerias... pero... hacia tiempo que no te pasabas por mi cabeza como hoy, hacia tiempo que no sembrabas en mi corazón el sentimiento de extrañez que ahora mismo tengo, el sentimiento de tristeza...
quizás es el peor día para ver una película de las típicas de Navidad... pero lo he hecho y ahora no soy capaz de mantener las lágrimas en los ojos.
Solo será un día... la fortaleza mañana estará esperandome y tú... encerrado en el fondo de mi corazón como un conjunto de genes........

Un beso

Esa sensación extraña que se adueña de ti cuando quieres acercarte a la otra persona, plantar tus labios en los suyos pero no puedes.
Llegará el día en llegue y por mucho que sueñes ese momento nunca podrás llegar a imaginartelo tal y como ocurrirá.
Yo creo que será como una descarga que recorrerá todo mi cuerpo, que en ese momento mi cabeza no podrá pensar, que mi cuerpo solo obedecerá a instintos primarios y que mi corazón latirá más fuerte que nunca.
No suelo pensar en ello, pero hoy me lo han preguntado y no he podido más que imaginarmelo. Esa imaginación que me ha traido unos sentimientos melancólicos mezclados con la apatía del saber que si ese momento llega puede que yo ya no lo desee, mezclado con el frío del hielo metido entre el cálido cuerpo y el jersey..

Pasar página

Pasar página... parece fácil. Coges el dedo índice y el pulgar y haces una pinza dejando en medio el papel... lo giras hasta la izquierda... y nueva página del libro.
Pero resulta más complicado cuando trasladamos la expresión al resto de acciones. ¿Qué se acabó lo vuestro? ¡Pasa página mujer/hombre!...
El problema material puede ser que no encuentras la página concreta para pasar pues cada vez que lo intentas la página se autocompleta: y los momentos, y como era el/ella..
Incluso te das cuenta de que no ha habido momentos, que esos te los has inventado tú, que los has visto con los ojos que querían ver porque aunque no hay mayor ciego que el que no quiere ver... no hay mayor loco que el que quiere ver... más allá.
Hay a personas que no les cuesta decir adiós... simplemente lo hacen y no miran atrás... yo soy incapaz, o al menos lo era porque no sé cuando dar por terminada una página, no sé escribir un punto final y me duele como una puñalada en la espalda cuando otros lo escriben por mi.
Pasar página... simples palabras... díficil acción.
Sobre todo cuando crees que ya lo has hecho, se levanta el viento... y vuelve atrás las páginas del libro y tienes que encontrar en la que estabas.
Como siempre, el marcapáginas en el suelo.

Perdida en el bosque

Vamos a "inventarnos" un cuento...

Esto es una abuelita que se llama Emilia que, como todos los viernes va a tomar el café con sus amigas.
Al llegar les dice:
-¡Está semana tengo mucho que contaros! No os podéis imaginar las aventuras en las que me ha metido mi nieta Caperucita.

Las amigas de la abuela que ya estaban ansiosas por escuchar la historia, la animaron a empezar.

"-Como sabéis chicas, he estado enferma en la cama. Mi nuera... insistió en mandarme algo de comer pero como mi hijo no estaba en casa lo trajo mi nietecita. Yo le insistí en que Caperu era muy pequeña para venir por el bosque sola... pero... según mi nuera no teníamos otra opción. Así que Caperucita venía con mi comida.
Al poco tiempo, alguien picó a mi puerta. Pensé que era Caperu y, como estaba débil para levantarme y abrir la puerta, la animé a que la abriera. Pero lo que vieron mis ojos no era Caperucita..." La abuela hizo una pausa.
Sus amigas inquietas empezadon a preguntar que quién era.
"-Era el lobo que, sin dejarme decir ni una palabra, me comió sin masticar. Menos mal, porque así seguía vivita dentro de su barriga. Pero me empecé a poner muy nerviosa porque el lobo se estaba poniendo mi ropa y planeaba comerse a mi nieta... ¿Qué podía hacer? Antes de poder pensar en la propia pregunta alguién llamó a la puerta. Con dificultad pude oir a Caperucita diciendole al lobo que tenía unas orejas muy grandes... y el contestandole que eran para oirla mejor... algunas frases que casi no entendí se siguieron pero al poco tiempo mi nietecita estuvo haciendome compañia en la barriga.
Nos empezamos a mover mucho... el lobo estaba saliendo de la casa... Nosotras estabamos desesperadas, pensabamos que era nuestro fin. Pero el lobo se detuvo y se sentó un rato. Al poco tiempo Caperucita y yo empezamos a escuchar como el lobo roncaba.
Nosotras empezabamos a quedarnos dormidas también cuando vimos una pequeña luz a través de la barriga del lobo. Vimos un rostro conocido... ¡El cazador!... había abierto la barriga del lobo para sacarnos... y estabamos vivas.-"
La abuela se detuvo para beber un poco de agua.
"¿Y qué pasó con el lobo?" preguntaban las demás
"Pues creo que el cazador le metió piedras en la barriga... y cuando se despertó el pobre tenía tanta sed... que se fue al rio y no se supo más de él...
No lo echaremos de menos Caperucita y yo"- dijo la abuela

Y la abuelita y sus amigas siguieron pasando la tarde hablando de sus cosas... aunque nunca olvidarían la tarde en la que Emilia les había contado su historia con el lobo.