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El otro día te encontré por la calle. Hacía mucho tiempo que no hablábamos, que no nos tocábamos, que no nos veíamos… me sorprendió verte tan triste y me sorprendió los sentimientos que no tuve y que solía tener con tan solo pensar en ti.
Me cogiste de la mano y viste mi tatuaje.
Me cogiste de la mano y viste mi tatuaje.
“¿Y esto? Pensé que no te gustaban”
“Y realmente no me gustan pero… ¿ves esto? Es una clave de fa. Me recuerda que todo aquello difícil de comprender, aquellas personas difíciles de entender… con esfuerzo y dedicación se abren o, simplemente, empiezas a conocerlas sin que ellas se den cuenta”
Pusiste cara de extrañado y no me sorprendió porque tú nunca te detuviste a intentar entenderme pero, aún así, intenté explicártelo.
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“Cuando estudiaba música, la clave de sol era como una lengua materna, la entendía sin quererlo, oía la música en mi cabeza con tan solo mover los ojos en la partitura pero se complicaba cuando llegaba a la clave de fa. Si, tan solo era que las notas estaban dos líneas por debajo pero aún así, mi mano izquierda tardaba más en entender la partitura, mi cerebro tardaba más en descifrarlo. Con tiempo, mucho más del que me gusta admitir, y con no poco esfuerzo… conseguí leerla…”
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“Cuando estudiaba música, la clave de sol era como una lengua materna, la entendía sin quererlo, oía la música en mi cabeza con tan solo mover los ojos en la partitura pero se complicaba cuando llegaba a la clave de fa. Si, tan solo era que las notas estaban dos líneas por debajo pero aún así, mi mano izquierda tardaba más en entender la partitura, mi cerebro tardaba más en descifrarlo. Con tiempo, mucho más del que me gusta admitir, y con no poco esfuerzo… conseguí leerla…”
Vi en tu mirada que creías que algo se te escapaba y tenías razón
No te había dicho el verdadero motivo del tatuaje que era que otra persona había entrado en mi vida, como la clave de fa… me costó darme cuenta de que era importante, se fue metiendo poco a poco en las melodías… para acostumbrarme a tocar poco a poco las notas… hubo veces que era totalmente incontrolable, que no había forma que mi mano izquierda y la derecha se encontraran en el ritmo único de la melodía de mi piano… pero con esfuerzo… la melodía iba distinguiéndose… y, al final, fueron inseparables… quizás la clave de fa no lo sepa pero… sin la clave de sol no vive y… viceversa.
Tú eras simplemente una nota en la melodía que tuve que aprender para leer toda la realidad… y eso… hace años, meses, semanas, días y horas que lo deje apartado en una esquina de una calle cualquiera del sur de España.
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